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La figura del alimentador y el cuidador de colonias felinas


No siempre bien comprendida la figura del cuidador de colonias es la pieza clave para un buen funcionamiento y gestión de una colonia felina. Personas que desde el anonimato dedican su tiempo, esfuerzo y dinero en ayudar al gato en la calle, además de informar en su entorno sobre los beneficios sociales de tener colonias felinas.

Como muchos de vosotros sabéis no se trata de alimentar al gato urbano, en cierta medida cualquiera puede hacerlo, aquí es donde entraría la figura del alimentador, generalmente suelen ser gente mayor quien de buena fe intentan ayudar. Bien es cierto que nadie nace sabiendo, gente que empezaron como alimentadores fueron informándose pasando de alimentar a gestionar una colonia felina.

En la sombra, o mejor aún discretamente es el cuidador de colonias, perteneciendo alguna asociación o de forma privada, quien está realizando un gran trabajo social. Vayamos esbozando un poco las funciones que se realizan. Además de alimentar la colonia dejando en lugar reservado comida seca, agua en sus respectivos recipientes y limpieza del lugar, debe controlar la natalidad hasta llegar a cero mediante la castración, sin olvidar desparasitaciones regularmente y posibles problemas de salud que pueden solucionarse con una simple pastilla o en casos graves llegar a su hospitalización. A este trabajo se sumaría la posible llegada de nuevos gatos por diferentes motivos, entre ellos el abandono, todavía en la falsa creencia por mucha gente en la supuesta supervivencia de un gato casero en la calle. Otra circunstancia a tener en cuenta son los posibles casos de gatos que por diversas causas no pueden continuar viviendo en la calle, entonces el cuidador busca encontrar adopción.

Tras este esbozo, dejando en blanco, que no olvidado más tareas que el cuidador de colonia realiza, como velar por la integridad de su colonia o tan prioritario como encontrar fondos económicos bien con su trabajo, hoy día todo un lujo, o realizando otras actividades donde encontrar "los cuartos".
Después de leído estas líneas, la figura del alimentador de colonias y el cuidador de colonias quedan bien diferenciadas, pero no así para gran parte de la población, viendo solo un tipo de persona "la loca o loco de los gatos", alguien aburrido en su casa sin tener claro donde emplear su tiempo. Si este coctel lo aderezamos con la pésima gestión política a todos los niveles, sean de cualquier color, el resultado es malestar y rechazo tanto al cuidador y más importante aún al gato.

Demasiadas comunidades autónomas y ayuntamientos llegan al convencimiento de solucionar el problema imponiendo elevadas sanciones económicas, con más que posible carácter recaudatorio, si "persisten" en su labor. Olvidado en un cajón dejan la multitud de trabajos de campo con pruebas evidentes sobre el bienestar social de las colonias felinas.

Ante el inmovilismo por la mayoría de los políticos, es fundamental promover la información en el entorno social del cuidador, dejando una buena base de conocimiento y función del trabajo realizado, en pocas palabras concienciar, aunque en ocasiones no sea fácil. "Donde hay gatos no hay ratones".