Todo comenzó en una clínica veterinaria, Jesse así se llama nuestro protagonista, por aquel entonces tenía unos siete meses de edad se encontraba en la clínica veterinaria en una revisión, cuando decidió fugarse.Le estubieron buscando, carteles, preguntando por todas partes y el resultado siempre nada. El tiempo fue psando y Lesley perdía las esperanzas de volver a reunirse.
Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pues más bien uno de ellos llevó de vuelta a Jesse ocho años después frente a la puerta del veterinario donde se escapó. Su familia desconoce donde puede haber estado todos estos años, aunque los indicios eran postivos, regresó feliz y con buena salud. Aunque ocho años de aventuras son mucho tiempo, y según su familia es muy parlanchín. No debemos irnos muy lejos cada día por miles de motivos, muchos gatos se pierden. Actuar con la mayor celeridad posible suma posibilidades, carteles, preguntar por la zona, especialmente a cuidadores de colonias felinas, redes sociales... El comportamiento del gato perdido generalmente es distinto, se encuentra en un territorio que no controla, con sensaciones nuevas muchas peligrosas y desconcertantes, tenderá a refugiarse en sitios donde pase desapercibido, puede estar delante tuya y no lo ves, es muy importante salir a buscar a diferentes horas, especialmente cuando cese el ruido en la zona. Es difícil según va pasando el tiempo pero no debemos perder la esperanza, cualquier posibilidad por remota que sea no descartarla.
