M. Vázquez, Valencia. El Botànic no sólo es vivero y simiente de especies vegetales, sino refugio de gatos abandonados. Tanto que ya se ha convertido en una sólida colonia a la que la Sociedad Protectora de Animales atiende desde hace años y donde, incluso, ha puesto en marcha una campaña para promover la adopción de felinos -es posible hacerla in situ- y tratar de frenar los abandonos. Actualmente hay 54 gatos en el jardín, aunque en la década de los 90 eran más de cien animales famélicos y enfermos. Los felinos -todos tienen nombres como Gloria, Fausto o Mafalda- forman parte del plan de esterilización con el que la Protectora trata de sujetar su número, algo imposible porque, sobre todo en vacaciones, aparecen nuevos inquilinos. "La gente los echa aquí hasta en bolsas", dice una de las voluntarias que los cuida, "porque cree que esto es un paraíso para ellos". No es cierto: muchos, totalmente desorientados y asustados, acaban atropellados en la calle.
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(levante-emv Valencia)